Chego ao Alentejo como se percorresse uma paisagem dentro de mim. Desde miúdo que conheço este abrigo seguro, este esconderijo de luz.
A cal não tem cor. É luz fóssil aprisionada numa concha imaginária. Cresce com o tempo, como uma espécie de pele das casas, camada sobre camada.
Me gusta mucho esta foto. Las nubes dan una sombra suave pero que ilumina y destaca los colores de las viejas tejas y ese contorno azul de la puerta.
ResponderEliminarParece una capilla muy antigua... hasta le falta la campana... seguirán asistiendo los feligreses? Parece un lugar perdido en el tiempo.
...ou o tempo perdido num lugar...
ResponderEliminarum abraço
obrigado